Si yo estoy tan rota y tu tan descosido

Carolina no ha tenido suerte en la vida. Odia su cuerpo, odia su mala pata y odia sus circunstancias. Para sobrellevarlas suele refugiarse en el alcohol, las pastillas, los encuentros casuales con desconocidos y la liberación que experimenta a través de su secreto alter ego virtual.

Sus familiares están hartos de verla descender en su particular espiral de autodestrucción, por ello, su tío le ofrece un trato que no podrá rechazar y que la obligará a vivir seis meses en un recóndito lugar sin cobertura en el móvil ni acceso a internet. Allí residen un puñado de vecinos que no serán lo que ella espera y donde conocerá a Matías, el chico misterioso al que todos idolatran y que despertará mucho más que su curiosidad.

En esa aldea, situada lo más lejos posible del último círculo de su zona de confort, tendrá que enfrentarse al monstruo que tanto tiempo ha tenido instalado en lo más profundo de su corazón hecho pedazos, así como poner a prueba la resistencia de los muros que durante años ha ido levantando a su alrededor.